El implantar la limpieza y la higiene nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida y evitar enfermedades, pero los productos que utilizamos muchas veces son muy nocivos para el planeta y deja unas secuelas difícilmente reparables.
En general los productos de limpieza, de uso frecuente en el hogar, contienen sustancias químicas contaminantes y potencialmente peligrosas que, cuando son depositadas en la basura o vertidas por los desagües de la cocina y aseo, contribuyen a la degradación ambiental. Afortunadamente la Administración ha arbitrado exigentes medidas correctoras y la industria se ha puesto las pilas, ha desarrollado y lanzado al mercado un gran número de productos con gran capacidad de limpieza y desinfección, pero que cuando se van por el desagüe se vuelven inocuos. Hasta hace muy poco solo se podían encontrar en tiendas especializadas, pero ahora ya hay disponibles prácticamente en todos los supermercados y por supuesto los profesionales de la limpieza solo usan en su totalidad productos y componentes sin elementos nocivos.
EN EL HOGAR
¿Qué productos de limpieza potencialmente peligrosos tenemos habitualmente en nuestras casas?: Lejía, anti cal, detergentes, refrigerantes, desinfectantes, desatascadores, limpiadores: vajillas, hornos, cristales y suelos.
¿QUÉ PUEDES HACER?
Para reducir el uso de productos peligrosos en la limpieza del hogar podemos:
- Antes de comprar deberíamos preguntarnos: ¿realmente lo necesito?
- Usar siempre la mínima cantidad de producto. Controlar las proporciones de todos los productos que se utilizan, reduce entre un 10% y un 20% su uso.
- Lee atentamente la etiqueta.
- Nunca debemos mezclar productos (lejía y amoníaco, lejía y desinfectante WC, etc.), pues podemos correr riesgos de intoxicación.
- Usar detergentes sin fosfatos.
- Recuerda que los detergentes deben ser obligatoriamente en un 90 % biodegradables. No obstante, ese margen del 10% sigue siendo perjudicial para el medio ambiente. Se pueden buscar otras alternativas, como productos naturales.
- No utilices aerosoles con propelentes que afecten a la capa de ozono.
- Adquiere productos con envases reciclables.
- Recuerda: No es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia. Es más eco-lógico limpiar la casa regularmente que utilizar todos estos productos tan fuertes, que afectan a nuestra salud y contaminan el medio ambiente.
- Utiliza recetas naturales menos agresivas y tóxicas. Con agua, vinagre y jabón suave se limpia perfectamente toda la casa. El esparto sigue siendo un buen estropajo. Si la suciedad está incrustada o necesitamos rascar, podemos utilizar zumo de limón, bicarbonato o bórax.
- Utiliza productos de limpieza ecológicos.
- Recuerda que en el mercado puedes encontrar bayetas, detergentes y bolsas de basura (por ejemplo) que son reciclables y con los cuales no se daña el medio ambiente en los procesos de fabricación de los mismos. De este modo, reducirás la demanda de productos agresivos y aumentarás la demanda de productos ecológicos, forzando así a las empresas a prestar más atención a la ecología en sus productos.
- Utiliza bolsas de basura de plástico reciclado o bolsas compostables fabricadas con almidón de maíz en vez de plástico.
Deseamos que estos consejos sean una práctica habitual en la limpieza del hogar, tenemos una deuda con nuestros hijos que es la de poner en sus manos un futuro respetuoso con el medio ambiente y un ejemplo que, aunque tarde, nos ha unido para salvar la naturaleza, proteger la salud y recuperar una vida colectivamente responsable.