Continuamos con los consejos de la abuela Isabel, esta vez con unos trucos para el cuidado personal que ella solía usar y que a día de hoy siguen siendo muy utilizados por ser muy sencillos y a la vez de lo más económicos.
La Lavanda siempre relaja
No sé tu abuela, pero la mía tenía una receta contra el nerviosismo pre-viaje, pre-Reyes Magos, Cumpleaños, etc.etc. Cogía lavanda de una maceta, la infusionaba y con el agua vaporizaba la almohada. El efecto relajante de la lavanda es mítico y las marcas de belleza lo saben.
Cepillar la melena cada noche
A lo mejor tienen que ser cien o doscientas veces (como dice la leyenda urbana) que viviendo en la ciudad, se impone el cepillado nocturno. Bien lo sabía mi abuela, que no conocía el champú seco ni gozaba de la ayuda de secadores modernos.
Vinagre para el pelo
Mi abuela siempre lo hacía con el propósito de aumentar su brillo. Los profesionales de la peluquería actual te recomiendan que lo hagas siempre y cuando no lleves el cabello teñido.
Bicarbonato para los dientes
Desde que existe esta sal, sabía que es de lo más efectivo para mantener el blanco de los dientes. Eso sí, tampoco conviene abusar porque puede ser abrasivo para el esmalte.
Exfoliarse con algo natural
Decía que, a veces, para construir un mejor futuro hay que echar la vista atrás. Es cierto. Mientras que nuestras abuelas se exfoliaban las piernas con arena de playa o una mezcla de zumo de limón y azúcar, los laboratorios se afanan en crear peelings de uso doméstico con bolitas de plástico que hoy día plagan los océanos. Pues bien, el contaminar se va a acabar y la ley los está prohibiendo. Se impone volver a los posos de café, las claras de huevo, zumo de limón, las sales, aceite de oliva o de coco…
Dormir con bigudíes o rulos
En la era de las planchas que, además de alisar, ondulan el pelo, cada vez más mujeres vuelven a la fórmula de la abuela: melena hecha churritos con bigudíes antes de dormir. Una solución divertida para crear un rizo irregular sin enchufes ni tecnologías.
Seguiremos con sus consejos porque de verdad era un “pozo” de sabiduría y su block de notas tiene muchas páginas para contar sus experiencias. Si te han gustado estos consejos no te pierdas la limpieza en el hogar de la abuela Isabel.