Nuestro organismo genera constantemente sustancias de desecho de las que debe deshacerse, pero además está expuesto a multitud de compuestos tóxicos de los que nos resulta difícil escapar: sustancias que nos llegan a través de los alimentos, del agua, del aire que respiramos, de los jabones y cosméticos que nos aplicamos en la piel…
El principal órgano que se encarga de la depuración y de gestionar toda esa carga tóxica es el hígado, aunque también le ayudan otros órganos y sistemas como los riñones, la piel, los pulmones o el sistema linfático.
Estos pequeños gestos détox que te hemos presentado ayudarán a tus órganos de depuración a funcionar de manera más eficiente y a evitar que se sobrecarguen. Son fáciles de aplicar y favorecen la eliminación de sustancias que te restan energía y que con el tiempo pueden resultar dañinas para tu salud.
Agua con limón nada más levantarte
Muchas personas beben un vaso de agua con un chorrito de limón por las mañanas… y tiene sentido.
Pese a su sabor ácido, el limón es una fruta muy alcalinizante y, por ello, desintoxicante. Por muy pocas calorías, te aporta una generosa cantidad de potasio, vitamina C y flavononas, todos ellos nutrientes que contribuyen al buen funcionamiento de los mecanismos de depuración que pone en marcha el propio organismo. Además, al elevar los niveles de citrato en la orina, el jugo de limón reduce la formación de cálculos en el sistema urinario (en riñones y vejiga).
Si no cuelas el jugo, incluso te aporta un poco de fibra. En la piel se concentra un valioso antioxidante, el d-limoneno, que estimula las funciones tanto del hígado como de la vesícula biliar y ayuda a eliminar no solo toxinas sino también grasas perjudiciales.
Llena tu cesta de la compra con productos ecológicos
La mejor manera de ayudar a tu cuerpo a mantenerse libre de toxinas y que órganos como tu hígado puedan funcionar mejor es elegir alimentos «limpios» y reducir al mínimo la exposición a sustancias tóxicas en el hogar.
Al elegir alimentos ecológicos no solo evitas ingerir plaguicidas que pueden resultar alérgenos, neurotóxicos o cancerígenos, sino también una gran variedad de aditivos. La mayoría de las veces obtienes asimismo más nutrientes como la vitamina C. Si además de alimentos incorporas a tu compra ecológica tus productos de limpieza e higiene personal, te ahorrarás la exposición a sustancias como formaldehído, derivados del petróleo, parabenos, amoniaco y muchas otras sustancias que afectan a tu salud y que en ocasiones pueden acumularse fácilmente en el organismo. Con vinagre de manzana, bicarbonato de sodio y limones tendrás cubierta gran parte de la limpieza de la casa. En cuanto a los productos de higiene y cosmética, existen muchas marcas de cosmética natural y ecológica. Resultan tan eficaces como sus equivalentes convencionales, pero además de cuidar de la piel o el cabello cuidan de tu salud.
Una manzana para media mañana o para merendar
La fibra de la manzana, la pectina, es una gran aliada de nuestros órganos de depuración.
La pectina es un hidrato de carbono que no se absorbe en el intestino y forma la mayor parte de lo que llamamos fibra soluble. Al retener agua, forma una especie de gel o emulsión que absorbe desechos en el intestino y facilita la eliminación de toxinas con las heces.
Te ayuda a eliminar iones de sodio, ayuda frente al estreñimiento y promueve la depuración del hígado, cuya congestión provoca muchas afecciones de la piel; facilita la eliminación de ácido úrico con la orina y contribuye a eliminar toxinas producidas por las bacterias que causan gastroenteritis y colitis.
Ten en cuenta que… La pectina se concentra sobre todo en la piel, así que es preferible comer la manzana sin pelar. A la hora de la compra, elige mejores manzanas ecológicas: en la piel se acumulan también los plaguicidas. Otras frutas te aportan pectina, como melocotones, arándanos y cítricos.
Pon más crudos en tu mesa
Los vegetales crudos son la base de cualquier dieta detox. Contienen enzimas que facilitan la digestión y mejoran la asimilación de nutrientes. Sin seguir una dieta depurativa especial, incluir varias raciones de frutas y verduras crudas al día es básico para contribuir al buen funcionamiento de nuestro organismo, incluidos los órganos de depuración.
Son muchos los nutrientes que intervienen en los procesos de depuración y que se conservan mejor en los alimentos crudos que en los cocinados: la vitamina C, las del grupo B, los compuestos azufrados, minerales como el zinc o el selenio… Una alimentación que no olvide las frutas y las verduras crudas te asegura la obtención de nutrientes esenciales para que todo marche bien.
Cuida tu mundo emocional
El estrés inflama, oxida y resta defensas a nuestro organismo. Lo atribuimos a un estilo de vida frenético y este tiene sin duda su parte de culpa, pero el origen profundo del estrés reside en emociones no integradas que activan respuestas físicas y psíquicas repetitivas.
Ante una situación de estrés agudo, el cuerpo segrega adrenalina y noradrenalina para poder afrontar la situación. Aumenta los latidos del corazón, el ritmo respiratorio y la presión arterial, pero disminuye la secreción gástrica. El hígado libera glucosa, y el páncreas, insulina.
Sin embargo, cuando se está constantemente en «modo emergencia», las reacciones del organismo y las sustancias que libera al torrente sanguíneo no solo resultan ineficaces para afrontar la situación, sino que a la larga llegan a resultar muy perjudiciales.
La segregación constante de cortisol y catecolaminas inflama, oxida y envejece el organismo. Los niveles de azúcar se elevan, aumenta la tensión arterial, se ralentizan algunas actividades metabólicas y se inhibe el sistema inmunitario.
Cuidar el propio mundo emocional y tomarse en serio la reducción del estrés bajando el ritmo o practicando alguna técnica psicofísica reduce esa aluvión constante de sustancias químicas que inunda nuestro cuerpo y que al hígado tanto le cuesta eliminar.
Una cucharadita diaria de cúrcuma
Lo interesante es beneficiarte de la curcumina, un antioxidante que se considera antiinflamatorio y anticancerígeno y que es, sin duda, su componente más valioso.
La curcumina protege los tejidos de nuestro organismo de los radicales libres, reduciendo la inflamación y favoreciendo su regeneración, y actúa especialmente en el hígado, nuestro principal órgano de depuración.
No renuncies a tu media hora de ejercicio
El sudor es una de las maneras que tiene el cuerpo de eliminar sustancias de desecho, pero puedes favorecerlo de otras maneras aparte de haciendo ejercicio. Por ejemplo, con la sauna o el baño turco. En realidad, los beneficios del ejercicio para la depuración van mucho más allá de la necesaria transpiración:
El ejercicio activa los pulmones y nos oxigena.
Mejora la circulación sanguínea y linfática, lo que hace más eficientes a nuestros órganos.
En cuanto bebes agua para reponer la que has perdido, pones en marcha los riñones, grandes filtros del organismo.
Mejora el tránsito intestinal y combate el estreñimiento, lo que evita que las heces queden estancadas en los intestinos y facilita la labor de este otro gran órgano depurativo.
Aumenta la eficiencia del glutatión, un antioxidante que en gran parte genera el propio cuerpo y que desempeña un papel fundamental en los procesos de desintoxicación.
El ejercicio físico activa un mecanismo de desintoxicación que protege de la depresión. Concretamente, ayuda al cuerpo a desprenderse de la quinurenina, una sustancia que aumenta con el estrés y se relaciona con la depresión. Con el ejercicio, en especial el aeróbico, los músculos producen una enzima que transforma la quinurenina en ácido quinurénico, que resulta más fácil eliminar.
Ponte la norma del «mínimo 3 al día»
Hazte una lista de alimentos depurativos y elige los que más te gusten.
Entre los alimentos de la lista, proponte incluir al menos 3 al día en tus comidas. Es una manera fácil y práctica de ayudar a tus órganos de eliminación día a día, casi sin darte cuenta y disfrutando de lo que te gusta.
Algunos alimentos resultan especialmente recomendables para estimular la función hepática o renal: germinados, ajo, jengibre, brócoli, diente de león, lechuga, rúcula y otras hojas verdes en general, arándanos, apio, manzana, cúrcuma, vinagre de manzana…
Estimula tu circulación con un cepillado en seco
Frotarse la piel seca con un cepillo o un guante antes de la ducha actúa como un potente estímulo circulatorio, tanto de la sangre como de la linfa, que favorece la depuración y la eliminación de sustancias tóxicas y grasas.
Pon probióticos en tu vida
Una comunidad abundante y variada de bacterias «buenas» te permitirá asimilar mejor los nutrientes de los alimentos que comas y se encargará de mantener a raya a bacterias y levaduras perjudiciales. Estas no solo te hacen más propenso a las infecciones, sino que liberan toxinas que van a parar al torrente sanguíneo.
Muchos son los factores que influyen en el equilibrio de tu microbiota, como el estrés o tu consumo de alimentos prebióticos o ricos en fibra. Ahora bien, también puedes suministrar a tus intestinos bacterias buenas directamente.
Súmate al movimiento de los zumos verdes
Son la estrella de las curas detox, pero ¿por qué no incluir uno en tu día a día para aprovechar en pequeñas dosis su efecto depurativo y concentración nutritiva?
Te ayudarán a aumentar tu consumo de vegetales crudos a lo largo del día y sobre todo te dan la oportunidad de echar dentro unas cuantas hojas verdes amargas o ricas en compuestos azufrados que estimulen la función hepática, como la rúcula, el diente de león o la kale y otras coles.
Puedes optar por hacerlos en una licuadora o, mejor todavía, en una máquina cold-press. O bien triturar los ingredientes con una batidora potente para disfrutarlos con toda la fibra, si la toleras bien.
Un puñado de frutos rojos al día
Los frutos del bosque son ricos en antocianinas, un grupo de pigmentos antioxidantes cuyos beneficios vale la pena perseguir.
Las antocianinas contribuyen con su acción antioxidante a proteger el hígado del daño producido por sustancias tóxicas, incluido el alcohol. También se ha comprobado que ayudan a mejorar los niveles de colesterol.
Encontrarás antocianinas en otros vegetales de color morado, como la berenjena o la lechuga hoja de roble. Sin embargo, las bayas presentan en general una actividad antioxidante muy superior a otros alimentos.
Puedes tomarlas como tentempié, añadir a mueslis o ensaladas o, por qué no, convertirlas en ingrediente de tus batidos.
Cuida tu cuerpo por dentro y por fuera, no es difícil y te dará una confortable calidad de vida y mejorará tú autoestima. Son recomendaciones de cuerpomente.